martes, 28 de agosto de 2007

Historia de Candelaria Misiones


Tanto el nombre de Candelaria (el verbo latino candere, que significa brillar por su blancura, se forma en español la palabra candela), como el de Purificación tienen su origen en la fiesta que celebra la Iglesia el 2 de febrero. Con la purificación de la madre y la presentación del hijo en el templo, quedaba cerrado en la ley judaica el ritual que acompañaba el nacimiento de un niño.

Reducción Nuestra Señora de la Candelaria:

El pueblo de Nuestra Sra. de la Candelaria, nace como Reducción Jesuítica fundada en 1627 a orillas del Río Ibicuy. Tras sucesivos traslados originados en principio por las epidemias, luego por los ataques bandeirantes, el pueblo indígena se ubicó en lo que es actualmente Campichuelo (Paraguay) al poco tiempo cruzan nuevamente el Paraná y se ubican a una legua de la confluencia del arroyo Garupá. Finalmente Candelaria se trasladó a su emplazamiento definitivo en 1665.

La Reducción de Candelaria tuvo mayor trascendencia porque fue sede del Superior de las Misiones de Guaraníes y su centro administrativo.

La organización civil del vasto territorio que comprendían los treinta pueblos dependía administrativamente del Superior residente en Candelaria y éste obedecía al provincial; cuyo asiento era Córdoba, el que a su vez recibía órdenes del General con sede en Roma.

Los Jesuitas aprovecharon el liderazgo natural de los caciques sobre sus tribus, así es, que cada pueblo estaba dirigido por dos o tres sacerdotes los que se apoyaban en el cabildo, constituidos por los caciques que desempeñaban los cargos máximos como el de Corregidor, Teniente de Corregidor, Alferes Real, Alcalde de 1º voto, Alcalde de 2º voto, regidores. Estas autoridades se renovaban anualmente, salvo el corregidor que ocupaba un cargo de carácter vitalicio.

Una vez asentados los pueblos Jesuíticos-Guaraníes definitivamente, apuntaron hacia un desarrollo en todos los órdenes: económico, social, cultural, religioso.

Toda la organización civil de estos centros se apoyaban en una economía sólida, que los Jesuitas concibieron, teniendo como objetivos, la autosuficiencia, la complementariedad en la relación interurbana y la producción de excedentes con fines comerciales. Los excedentes de producción de todas las reducciones se traían a la sede del Superior en Candelaria, para después ser destinados a Santa Fé, Córdoba y el Alto Perú.

Luego de la expulsión de los jesuitas, la localidad fue asiento del Gobernador del pueblo de las Misiones. Durante los 30 años que siguieron a la expulsión de los jesuitas el descenso demográfico de Candelaria fue de un 65 %.

En Candelaria residieron algunos gobernantes ávidos de cambiar la difícil situación que se vivía. Así Liniers elaboró un inteligente plan destinado a la reconversión y repartición de las tierras misioneras a españoles e indios que incluía medidas relativas a la defensa de la frontera.

Por Real Cédula del 17 de mayo de 1803 se dispuso que Misiones constituyese una gobernación unificada. Para efectivizarla se nombró titular de dicha gobernación al teniente coronel Don Bernardo de Velazco.

En septiembre de 1805 la junta de fortificaciones y defensa de Indias, organismo metropolitano dictaminó que Misiones y Paraguay debían estar unidas bajo un mismo mando, prioritariamente militar. Se fundaba en la conveniencia de una mejor defensa de esos territorios fronterizos con el Brasil que ya se había apoderado de las Misiones Orientales.

El Virrey Liniers nombró en Mayo de 1808 como Comandante de Armas a Don Agustín de la Rosa quien renunció por desavenencias con Velazco.

Estando Cisneros al frente del Virreinato, se decidió enviar como gobernador interino de Misiones en diciembre de 1809, al Coronel Tomás de Rocamora.

En abril de 1810 el Coronel Rocamora tomó posesión de su cargo, estableciendo su sede en Yapeyú. La principal actividad que debió cumplir fue la del control de la frontera. En esas circunstancias al Coronel Rocamora lo sorprendió la Revolución de Mayo.

En el Cabildo de Candelaria, los religiosos a cuyo cargo quedaron las Reducciones, y al mando del subdelegado Francisco Martinez Lobato se reconoció a la Junta de Gobierno nombrada en Buenos Aires, el 8 de Julio de 1810.

El General Belgrano arribó a Candelaria desde donde cruzaría el Paraná con destino al Paraguay, dio cuenta del estado general de las reducciones.

Como consecuencia de la derrota militar en el Paraguay y por el tratado de comercio y límites firmado con Asunción en 1811, Candelaria, junto con otros cuatro pueblos paranaenses, quedó bajo la custodia del Paraguay que luego fueron recuperados en 1815 por Andrés Guacurarí ("Andresito")cuya figura no puede ser desligada de la de su padrino y gran caudillo José Gervasio de Artigas. En realidad el misionero cumplía instrucciones del oriental.

En su primer combate llevado a cabo en Candelaria, conocido como Campaña del Río Paraná, Andresito emprendió la marcha desde su campamento en la costa occidental del Río Uruguay, cumpliendo órdenes de Artigas ya que el Dr. Gaspar Rodriguez de Francia, dictador del Paraguay, dispuso la ocupación de los pueblos misioneros de la Banda Oriental del Paraná en agosto de 1815 mediante una columna mandada por el Capitán Francisco Antonio González que se apoderó violentamente de los puebles de Candelaria, Santa Ana. Loreto, San Ignacio y Corpus.

Desde San Carlos donde se encontraba Andresito, intimó al Jefe Paraguayo que se encontraba en Candelaria, que se retirara del lugar.

El capitán José Isasi, quien reemplazó a González trató de alargar las tratativas en espera de auxilio que había solicitado, pero el jefe guaraní percibió la maniobra y ordenó la acción. El asalto tuvo lugar el 16 de septiembre de 1815 y terminó con la rendición de Isasi, retomándose así los cinco pueblos. Cumpliendo con lo prometido la vida de los paraguayos fue rigurosamente respetada.

Gracias a esto Andresito asumió el gobierno de Misiones con el cargo de Comandante General de la Provincia, instalando su sede en Candelaria donde permaneció hasta septiembre de 1816.

En 1817 Rodriguez de Francia envió gran arte del patrimonio de la antigua capital misionera y los pueblos vecinos, del otro lado del río y luego mandó saquearlos e incendiarlos

En 1821 los pueblos fueron tomados nuevamente por los paraguayos, en cuyo poder quedaron hasta 1865.

Luego del genocidio ocurrido por la invasión al territorio de las Misiones, esta se convirtió en un desierto habitado por una reducida población. Por otra parte las autoridades argentinas no demostraron mucho interés por esta zona tan alejada del núcleo económico nacional. Sino hasta la guerra de la Triple Alianza (1865-1870) que las autoridades tuvieron plena conciencia de la importancia estratégica de este territorio.

En octubre de 1865 fue retomado el pueblo de Candelaria por tropas argentinas. La Legislatura de Corrientes se apresuró a promulgar la ley de creación del Departamento de Candelaria y consiguió definir jurídicamente ese espacio que aún contenía restos del antiguo patrimonio de las Misiones

En el último cuarto de siglo XX, apareció señalizado en el plano de la naciente colonia nacional de Candelaria, mensurada a dos años de la federalización de las Misiones.

Recién en 1893 la colonia tomó algún impulso al pasar a depender de la Gobernación del territorio. A fines de siglo empezaron a funcionar en Candelaria las dos primeras escuelas elementales. En 1895, ya tenía el pueblo su Consejo Municipal autónomo. En 1901 se hizo el ensanche de la Colonia de Candelaria conforme al carácter que estaba tomando el poblamiento agrícola.

Recostada sobre una amplia y bellísima curva del Río Paraná en la actualidad la ciudad de Candelaria cuenta con una población aproximada de 15.000 habitantes.

Podemos decir que Candelaria es una localidad en continuo desarrollo, existen industrias locales como fábricas de ladrillos cerámicos, varios aserraderos, innumerables comercios en distintos rubros, además de establecimientos dedicados a la prestación de servicios. Cuenta con los siguientes organismos públicos municipalidad, hospital, oficina de correos, comisaría, juzgado de Paz, destacamento de prefectura naval argentina, una sucursal del Banco Macro Bansud y el servicio de Cajero Automático, entre otros. Posee varios establecimientos educacionales de nivel EGB1, EGB2, EGB3 y uno de nivel polimodal. Es sede también de la Unidad Penitenciaria Nacional Nº 17.

La localidad posee servicios de Comunicaciones, DDI, DDN, telefonía móvil, servicio de internet.